La gravísima crisis que viven los restos de la Unión soviética, y su efecto dominó en los demás mercados bursátiles internacionales, ha frenado considerablemente la euforia que se vivía antes del verano, en lo que a economía se refiere. También ha dejado al descubierto las auténticas miserias del capitalismo salvaje (ahora conocido como Nuevo Orden Mundial). El caso de Rusia es sangrante. Después de 60 años de marxismo vuelven adonde estaban, a principios de siglo, antes de la revolución bolchevique, es decir, a ser la élite del tercer mundo. Elite por conservar,a pesar de todo, una gran cantidad de recursos naturales por explotar.Sin embargo, las prisas por imponer una economía de mercado libre y enconsetarla dentro del sistema capitalista, ha provocado el desastre: Los recursos públicos han caído en manos de una oligarquía mafiosa y la especulación ha provocado el empobrecimiento absoluto del país. El ejemplo ruso nos aclara como este sistema se basa en que la riqueza esté en manos de unos pocos, y la mayoría se afane en sobrevivir. Los países empobrecidos no pueden devolver sus deudas a los paises prestamistas, y les piden otro préstamo para pagarles los intereses de deudas anteriores...y la rueda no se acaba nunca. Si realmente todos fueramos conscientes de la realidad de la situación mundial, deberíamos estar preocupados. Pero los Estados, los pocos que poseen esa riqueza, se inventan una realidad alternativa y “virtual”, y la vociferan a todas horas, para que, a base de repetición, cale en las conciencias dormidas. El caso más claro es el “España va bien”. La realidad de nuestro país, aunque distante a la rusa, no le va a la zaga. Los recursos públicos, el tejido productivo que mantiene en pie la economía, han pasado al sector privado, a esa clase financiera que gobierna el país.Cuando les echen del poder político, seguirán manteniendo el económico, y la riqueza del país. Han saneado con dinero público las empresas más productivas del país, para luego venderlas y fragmentarlas (caso de correos), o han aprovechado la privatización para hacer dinero fácil (caso de telefónica). Invitan al ciudadano de a pie a invertir, a comprar pequeñas partes de esas compañías, asegurándole beneficios rápidos. La cifras hablan de menos parados, de unos salarios medios de 217 mil pesetas, de “repuntes” económicos interesantes...Al final, la realidad nos muestra que los únicos beneficiados son la banca (con unos beneficios netos de 600 mil millones en lo que va de año)y los grandes oligarcas financieros. Se cuidan mucho de publicar la cifra real de paro ( estimada en 4 millones de personas ) y de esos 9 millones de personas que viven en el umbral de la pobreza. Se cuidan mucho de airear los mil millones de beneficios obtenidos por las Ett’s en el 1998 y otras cifras que harían tambalear esa imagen idílica que nos quieren presentar. En el colmo de la ironía, el debate nacional es si ha de dimitir un parásito más, el entrenador nacional de futbol... Hay que luchar contra esa “realidad virtual” y quitarles las máscaras. Hay que continuar luchando por un reparto del trabajo y de la riqueza equitativo. No hay que cejar frente a un sistema que cada vez crea más parásitos que viven a costa del sudor, del esfuerzo, a veces sobrehumano de los demás. Y desde aqui, os invitamos una vez más a que lo hagais con nosotros, los anarquistas.
Casualidades de la vida, este mes de octubre se cumplen treinta años de la aparición de la píldora anticonceptiva en España. En aquella España, oscura, franquista, la Iglesia católica puso, nunca mejor dicho, el grito en el cielo, y amenazó con excomulgar a todas las mujeres que usaran la pildora. Ya casi nadie recuerda, como los obispos, los cardenales, se alzaban en sus púlpitos y en los medios de comunicación, insultando y amenazando a aquellas mujeres que habían decidido prevenir una concepción no deseada. Treinta años después, han vuelto a subirse a esas tribunas para alzarse contra el cuarto supuesto del aborto. No nos engañemos,el cuarto supuesto no era ninguna bicoca, no significaba el aborto libre real, pero se lo ponía bastante más fácil a la mujer(sobre todo a las de las clases más humildes). Y estos talibanes modernos, que ya en el siglo pasado excomulgaban a todos los que se vacunaban contra la viruela, porque según ellos, la viruela era un deseo de Dios, se han salido con la suya. En realidad, las asociaciones “pro- vida” son una fantochada formada por gente de las clases más poderosas, que usan siempre el dogma que más le conviene. Estas mentalidades retrógradas hablan de matar vidas con una ligereza que espanta, cuando en realidad, se trata de darle a la mujer la oportunidad de decidir. Sobre todo, si está preparada para la maternidad, si sus condiciones económicas, sociales, morales, son optimas para tener descendencia, y, claro está, si lo desea realmente. Eso a la Iglesia no le importa. No excomulgaban a las hijas de los ricos que se iban a abortar a Londres, ni lo harán nunca. Es preferible tener hijos en condiciones miserables, que no tenerlos. Ya tenemos una causa más para explotar a pobres seres, para negarles una vida digna. También se ha notado el execrable compicheo de los profesionales de la política, los "representantes" del pueblo, que han girado su veleta según soplaba el viento del poder. Desde estas páginas siempre hemos defendido que, dentro de la precariedad en la que vivimos, la mujer sufre aún más que nadie, es el último peldaño. La iglesia católica sólo la considera madre y portadora de hijos, de carnarza de explotación para el sistema, ese mismo sistema con el que está amancebada desde tiempos inmemoriales.¿Cómo pueden luego predicar la bondad y la solidaridad? Ya el Papa León X, en 1513, en una carta escrita a un cardenal le decía :”Desde tiempos inmemoriales es sabido cuan provechosa nos ha resultado esta fábula de Jesucristo”. Los hombres y mujeres anarquistas, les gritamos a estos guardianes de moral podrida, que se van a acabar las fábulas y los cuentos.
Grotesco es sinónimo de burlón, de cómico, pero con un matiz bastante más negativo, algo que en el fondo no causa risa sino más bien compasión o, como en este caso, preocupación. El mundo en el que vivimos, y del que todos heredamos algún vicio o defecto, se está convirtiendo en un espectáculo grotesco (siempre habrá alguién menos optimista que lo calificará de dantesco, es probable). Grotesco es que se diga que un dictador asesino es el salvador de un pueblo y que un juez califique un golpe de Estado, con una brutal represión (en la que murieron miles de personas), en una “suspensión temporal de la democracia”. El problema no es que diga semejante disparate y se quede tan pancho, sino que los medios de comunicación lo recojan y le den bombo, y haya gente que se lo crea. Es digno de comedia burlesca, pero como tanta sangre de por medio, maldita la gracia que nos hace, Grotesco es que, después de casi venticinco años de “democracia”, se vuelva a la España de peineta y capote, a la España sacrosanta y mojigata, y que destinen dinero público a retrasmitir por la caja idiotizante la boda de un torero (paradigma de la cultura española) y una parásita de la nobleza de más rancio (casi podrido) abolengo. Y claro, como se lo gastan de un sitio, de otro ha de faltar. Y si no, que se lo pregunten a los pensionistas, a los enfermos que necesitan medicamentos, etc. En el colmo del cinismo, lo declaran de “interés nacional”. Y es a ellos les interesa darles al pueblo poquito pan y mucho circo. Grotesco es el caminar de los nacionalistas (vascos, gallegos, catalanes, españoles) peleándose como guiñoles de feria por definir que es un Estado, que es una nación, es decir, poniendo cada vez más fronteras. Fabrican a sus eruditos para que estos apoyen sus tesis históricas,lingüísticas, culturales y claman una y otra vez, su derecho a autodeterminarse. Lo que dicen, en realidad, es que lo persiguen es meter mano en la caja de la Seguridad Social,(la única con dinero) y repartir ellos la nueva tarta. ¿Pedirán certificado de nacionalidad/autenticidad para pagar las pensiones? Parece bufo ¿Verdad? Grotescos son los miembros de los comités de empresa, mandando cartas a los que sudan de verdad, diciéndoles que en estos años han luchado mucho por ellos, que han hecho todo lo que han podido por mejorar sus condiciones laborales y que, si les reeligen, continuarán unos más viviendo del cuento, como aristócratas del proletariado. Y finalmente, dolorosamente grotesca nos parece la actuación de ese “maravilloso” gigante llamado Comunidad Europea, llorando la tragedia de Centroamérica y enviando algunos aviones con ayuda, pero haciendose los remolones a la hora de perdonar la deuda externa. Un portavoz de la Comunidad dijo que muchos países viven de cobrar las rentas, los intereses a esos países más pobres. Es decir, de explotar a los miserables. En el colmo del cinismo, tan preocupados están por ayudar, que han decidido crear un plan de reconstrucción ...¡para Enero! Ante toda esta comedieta doliente, sólo nos queda pensar que nosotros heredaremos este mundo en ruinas,pero como siempre hemos vivido en la pobreza, no nos ha de importar.Tengamos esa alteza de mira para empezar, no a reconstruir ese mundo capitalista, sino un nuevo mundo libertario. Desde luego, no será tan grotesco como éste.